Se origina en la India en el s.XII, y ya en el s.XX el maestro Iyengar practicaba yoga en el aire con la ayuda de columpios y telas, consiguiendo así una mejor conexión y equilibrio cuerpo-mente, elasticidad muscular, agilidad, fortaleza y destreza.
Las posturas se entrelazan coordinadas con la respiración, reactivando el aparato respiratorio, digestivo y glandular.
Regenera y fortalece las articulaciones
Estira la columna vertebral, creando espacio entre las vértebras y la oxigenación de la médula espinal.
Mejora la concentración, la conciencia corporal, la estabilidad emocional y tu perspectiva de la vida.
Una práctica creativa que facilita un bienestar mental emocional y físico